Relatos Travestis Sevilla: Tassia Santos - Reencuentro con Tassia en Mallorca
Autor : Badmotor2008
Tassia Santos - Reencuentro con Tassia en Mallorca
Habíamos quedado la semana anterior. Mi agenda obligó a postponer lo que iba a ser nuestro segundo encuentro. Primer lunes de febrero. Tengo un hueco al final de la mañana. Marco su número y su teléfono no está disponible. Aún así, salgo hacia su piso. Tengo una hora de coche. Confío en dar con ella más adelante. Una vez en Palma, logro contactar con ella y nos citamos en media hora. Al llegar a su portal, vuelvo a marcar su teléfono y me pide 5 minutos más. No hay problema. Me doy un paseo por la zona hasta recibir el aviso de que ya está lista. Vuelvo al portal, llamo y me indica el piso. Mientras subo las escaleras, escucho una puerta abrirse. Alcanzo el rellano y entro en su guarida. Dos besos de bienvenida. La admiro de arriba a abajo. Tassia está buenísima, tal y como recordaba. Probablemente, la trans más espectacular de todas con las que he estado. Y ahora está aún más buena. Más delgada que hace dos años, pero manteniendo esas curvas de infarto. Su visión de perfil impresiona: buenas tetas, cintura de avispa y culo bien plantado. Ya no tiene el culazo brasileño, un tanto desproporcionado quizá (aunque a mí me ponía). Le digo que la noto cambiada, a mejor. Ella sonríe.
Conjunto negro con transparencias. El mismo que luce en la foto de aquí abajo, creo. Tacones. Maquillada. Labios rojos. Pelo negro suelto, liso. Uñas largas, no tanto como en mi estreno con ella, color marrón oscuro. Tassia cuida su manicura, siempre impoluta. Nuevos tatoos. Aunque discretos, me percato. Uno en el interior de su antebrazo derecho, una pluma, y otro en el tobillo de su pie derecho.
El piso, algo más céntrico que el que yo conocí. Lleva un tiempo instalada en él pero mi segunda cita con ella se ha ido postponiendo en el tiempo. Finca de cierta antigüedad aunque en buen estado. En cuanto a la vivienda, lo que veo (recibidor, pasillo, dormitorio y baño), todo correcto. El piso está limpio y ordenado.
Me conduce al dormitorio. Cama grande y algo más de iluminación que la otra vez, cosa que agradezco. Me permite deleitarme con su belleza. Hablamos un rato. Aunque ha pasado tiempo, dice que me recuerda. Vengo limpio de casa y no necesito pasar por el baño. Pago el servicio de una hora. Comentamos lo que espero de la cita recordando lo que hizo conmigo la primera vez. Ella mete mano a mi paquete comprobando que ya estoy cachondo. Vuelve a sonreír. Me pide permiso para fumar. ¡Cómo negarse! Además, siempre me ha parecido erótica la imagen de una chica fumando antes del sexo. Aunque ella no lo hizo, algunas chicas me han comentado que les pone cachondas fumar. Tassia sale al pasillo y continuamos nuestra charla mientras fuma. Al volver, se sienta en el borde de la cama y me pide que me desnude. Lo hago. Cuando estoy, ella se levanta y hace lo mismo. Primero su conjunto negro y luego su tanga. Su polla está en reposo. En ese estado diría que es pequeña. Se coloca frente a mí. Agarra su polla y se pajea. Acerco mi cuerpo al suyo y froto nuestras pollas. La suya ha comenzado a crecer entre sus dedos. Sin decir nada, sus manos abrazan ambas pollas y empieza a masajear. Entre jadeos, aumenta el ritmo de mi respiración. Su paja doble hace que las dimensiones de su polla crezcan hasta superar a la mía. Me siento excitado a la vez que intimidado. No solo por el tamaño de su arma secreta. Su dureza asusta. En duelo de espadas, se impone Tassia. Beso sus labios. Aunque no me rechaza, no se entusiasma al recibirlos. Capto el mensaje. La cosa es más sexual. Agarro su culo con mis manos y acerco nuestros cuerpos. Al hacerlo noto el roce de su polla con la mía. La miro. Larga, totalmente recta y más bien fina. La cojo por el tronco y masturbo. Al hacerlo, mi mano siente toda su dureza. Así es como la recordaba. “¿Quieres chupar delicia?”... pregunta con su sensual acento brasileiro. No articulo palabra. La expresión de mi cara lo dice todo. Me siento en el borde de la cama y Tassia se queda de pie con su cuerpo a escasos centímetros de mí. Acerca su barra hasta mi cara y me deja empezar. Mi lengua atrapa su cabeza, descapullada parcialmente. Envuelvo con mis labios y chupo. Mientras lo hago me doy cuenta de que lo que quiero es engullirla del todo. Necesito sentirla en el fondo de mi garganta. Deslizo mis labios y hago desaparecer su “sorpresa” en segundos. Aguanto la posición y escucho sus gemidos. En cuanto la saco de mi boca veo que acabo de activar a Tassia. Sus pollazos en mi cara lo dejan claro. De repente, agarra mi nuca con sus manos y empuja. Hasta el fondo. He perdido el control y me encanta. Tassia aguanta la posición de mis labios contra su piel mucho más rato. Me muestra cómo debo hacerlo. Además, embiste con fuerza cada vez que sale y entra. Me folla la boca sin miramientos. Me sorprendo al ver lo que he mejorado como tragón. Apenas hay arcadas y, cuando viene alguna, la controlo sin problemas. Al darse cuenta de ello, Tassia quiere más. Me tumba en la cama mirando al cielo, se sienta sobre mi pecho y me atrapa entre sus piernas. Vuelve a enchufármela, sin posibilidad de recular en esta nueva postura. A la excitación de sentirme violado, se le suma la visión de sus preciosas tetas en primer plano y su cara de vicio justo detrás. En esta posición, entra todavía más. Agarro su culo con mis manos y empujo, dejando claro que disfruto con su juego. Cuando su polla sale de mi boca, lo hace embadurnada en saliva. De este modo, entra y sale con fluidez total. Tassia agarra mi polla y tantea mi grado de excitación. Sigue tiesa. Bien dura. Decide masturbarme mientras sigo devorando su “clítoris”. Me percato de que su otra mano juega con su agujero. Introduce sus dedos y gime. Parece que está cachonda. Decide girarse y me la vuelve a enchufar en la boca. Ahora, es su culo lo que tengo frente a mí. Y detrás de éste, su espalda. No lo veo pero siento la presión de sus manos sacudiendo mi polla. Abro sus nalgas y compruebo que la zona está limpia. Perfectamente depilada. Tengo hambre de culo. Saco mi lengua y apunto a su agujero. Empiezo a lamer y escucho sus jadeos. Le gusta. Abro bien con mis manos y presiono con la punta de mi lengua. Quiero entrar donde hace nada se encontraban sus dedos. Su agujero cede a la presión y se abre. Saboreo y trabajo la zona con esmero. Los jadeos de Tassia no paran. De repente, se agacha y atrapa mi polla entre sus labios. ¡¡Que placer!! Al tumbarse, tengo a tiro su polla y la meto de nuevo en mi boca. Iniciamos un rico 69 con el peligro que eso conlleva. Recuerdo que en la primera cita ella lo propuso y yo me negué para evitar una corrida prematura por mi parte. Ahora estoy muy excitado pero creo que puedo controlar la situación. Me concentro en la polla que me como sin pensar en la mamada que me está pegando Tassia. Disfruto del 69. Gran postura, mejor todavía cuando la pones en práctica con una chica trans. El acople es perfecto y, además, nadie mama pollas como ellas.
Llegamos al momento de la pregunta. Ella sabe mi respuesta. Aún así, me la hace... “¿Quieres que te folle?”. No hay dudas. Tassia folla de maravilla. Me tumbo boca arriba en el centro de la cama y levanto mis piernas en clara señal de entrega. Quiero que me atraviese como lo hizo en nuestro primer encuentro. Además, ella fue mi primera trans. En cierto modo, mi culo le pertenece. Coloca un cojín en mi espalda haciendo que su objetivo se levante sobre la cama. Su barra sigue durísima. Se coloca un condón rojo y me mira. Me encanta este momento porque ya no hay vuelta atrás. Habrá cierta resistencia por parte de tu culo, sobre todo ante grandes calibres. Pero acabarás cediendo y la chica se hará con tu culete. Tassia lubrica sus dedos y masajea la zona. Prepara su asalto sin prisas. Levanta mis piernas, busca su objetivo y presiona. Es delicada en estos momentos. Empuja con suavidad pero lo hace con decisión. Hay resistencia a su penetración. Pero la vence. Su polla es ideal para abrir camino. Fina, recta y muy dura. Me la mete hasta el fondo y me duele. Conozco mi ojete. Necesita dilatarse. Tassia nota la presión de mis paredes sobre su polla. Me pregunta si hace daño. Respondo que algo, aunque sé que pasará. “Tranquila, podrás darme caña enseguida”... añado. Con movimientos suaves logra que desaparezca el dolor. Se da cuenta y sube el ritmo. “Uuuuummm... ahora”... dice mientras se adueña de la situación. Sigue subiendo el ritmo. A Tassia le gusta taladrar. Lo experimenté en su día y ahora empiezo a recordarlo. Si entonces me folló a cuatro patas y de espaldas tumbado sobre la cama, hoy me penetra de cara. El morbo de verte ensartado por una chica como Tassia es brutal. Cuerpo y cara de modelo, furia y potencia de trans. Siento la dureza de su barra dentro de mí y pido más. Agarro su culo con fuerza y empujo contra mí. Embiste más fuerte y sacude mi polla con su mano derecha. Me folla y me pajea. La situación es de lo más excitante. Podría acabar así. De hecho, mis últimas aventuras con trans han acabado así. Sin estar pactado, han sacado mi leche mientras me enculaban. Algo con lo que antes solo fantaseaba. Y no era posible porque mi erección desaparecía al ser penetrado. Con Tassia no es así. Ella me lleva directo al orgasmo a base de pollazos. Aviso y agita mi polla con más fuerza. Sus embestidas son violentas. Ante tanto balanceo, mi leche se esparce en todas direcciones. Mi corrida es bastante líquida. La paja que me he cascado antes de salir de casa tiene mucho que ver. Tassia sigue a lo suyo, taladrando y pajeando. La imagen de sus manos con sus uñas impregnadas de mi leche mantiene mi excitación. Su polla sigue dentro de mí. Dura y tiesa. Me he corrido, pero ella sigue dándome por culo. Tassia está cachonda. Quiere su orgasmo. Sale de mí, se quita el condón y me manda chupar. “Ponte de rodillas, en el suelo”... me dice con tono autoritario. Se coloca de pie, con su miembro a la altura de mi cara. “Chupa polla y mastúrbate”... escucho entonces. Obedezco encantado. La meto en mi boca y saboreo con devoción. No demasiado rato, porque Tassia la saca y empieza a pajearse. La visión desde abajo de su mano en movimiento es tremenda. Su orgasmo está cerca. Abro la boca y saco la lengua. Quiero su leche y la quiero ahí. Ella gime y jadea, cada vez más. Espasmos y primeros disparos. Noto el calor de su descarga sobre mi lengua. Saboreo y ella continúa disparando al ritmo de sus espasmos. Su corrida es de consistencia viscosa. Muy densa. Tal y como recordaba. Nada que ver con la mía. Su leche impacta sobre mi cara y se queda pegada (lo compruebo luego cuando voy a lavarme). Su polla sigue chorreando. La corrida es abundante. Meto la cabeza de su polla en mi boca y la limpio. Tassia se estremece. Gran polvo y tremendo final.
Tassia me ofrece una ducha. La necesito. Me acerca una toalla y me ducho mientras ella limpia su herramienta de trabajo en el lavabo. Vuelvo al dormitorio y charlamos un rato. Le digo que he intentado aguantar más, pero que ha resultado imposible. Ni pajas previas ni nada. Cuando te ponen cachondo, te corres y punto. Me comenta sus planes inminentes. En unos días, huyendo del frío se marcha a Brasil. Un par de meses. Después, volverá a Palma, “su casa”. Aunque tiene en mente pasar una temporada en Dubai, donde trabaja de vez en cuando. Por cierto, en Brasil se hará unos retoques en el culo. Se pondrá más pechos también. Sinceramente, no lo veo necesario. La encuentro estupenda así como está. Me dice que vuelva a visitarla antes de que se vaya, aunque sea media hora. Ya veremos. Me acompaña a la puerta y me despide con un pico.
Added on April 28, 2015 at 12:00 am