Relatos Travestis Sevilla: Raika Ferraz... gostosa
Autor: Badmotor2008
Hace unas semanas abrí un tema en charlas pidiendo referencias sobre la brasileña Raika Ferraz. Lleva poco tiempo en España y no hay experiencias suyas por aquí. El hilo no tuvo éxito. Pocas respuestas y ninguna que aportara algo de luz. En foros de Brasil se habla bien de su trabajo como escort. Con esos comentarios y las buenas vibraciones que transmite al teléfono, me basta para lanzarme. Atiende en agencia, algo que evito a toda costa. Intuyo que vale la pena hacer una excepción con Raika.
Vuelvo a marcar su número dos días después. Esta vez para quedar. Tercer domingo de marzo al final de la mañana. Raika recuerda mi primera llamada. Me dice que se ducha y está lista en media hora. Antes de colgar, le pregunto si hablo de verdad con Raika Ferraz. No quiero sorpresas. “Si el anuncio es falso y me encuentro a otra chica, me largo”... le digo. Ella se ríe asegurándome que puedo estar tranquilo. Sé la dirección. Estuve una vez allí. Es una casa en planta baja en el centro de Palma. Llego a la puerta y llamo. Raika me da instrucciones. Debo tocar el timbre. Cuando me abran solo tengo que decir que ella me espera. Me abre un chico y entro en el recibidor. Está todo muy oscuro. Me hace sentar en un sillón que hay ahí mismo. Estoy en un espacio no demasiado grande que distribuye a diferentes estancias de la casa. El chico abre una de las puertas y me invita a esperar dentro del cuarto. La luz es igual de tenue. Apenas veo. Me ofrece bebida y pido agua. Antes de salir me pide que abone el servicio. No me parece correcto. Ni siquiera he visto a la chica. Aún así, lo hago. Con Raika había acordado una hora. Sale del cuarto y cierra la puerta. Observo el dormitorio. Ajustado de dimensiones pero está bien amueblado. Cama central grande y espejo ocupando toda la pared lateral. A los pies de la cama hay espacio libre. Un sofá y una televisión colgada en lo alto de la pared. Hay una peli porno empezada. No le presto atención, pero veo que aparece una chica trans y un chico.
Me quito la chaqueta y espero en el sofá. Raika entra a los tres minutos. Espectacular. Me impresiona por su altura. Con tacones, supera los 180 cm. Cuerpo esbelto. La encuentro más delgada que en algunas de sus fotos. Eso sí, culazo “made in Brazil”. Piel morena sin tatoos. Facciones latinas en su rostro. Ojazos negros. Maquillaje oscuro alrededor de los mismos. Largas pestañas. Su mirada es muy expresiva. Me saluda con dos besos y una enorme sonrisa. Gesticula y habla con frescura. Su boca es deliciosa. Grande. Labios carnosos. Dientes perfectos ultra-blancos. “Uuummm... Gostoso”... dice al verme. Entra la persona de antes con el botellín de agua fría. Sale y cierra la puerta del cuarto. Bebo un sorbo y se lo ofrezco a Raika. Ella también bebe. Estoy nervioso, como cada primera vez con una chica. Además, me cortan mucho las tías que están tan buenas. Raika se comporta con total naturalidad. Habla mirándome a los ojos. Me sonríe. Coge mis manos y se dirige a mí en ese castellano-portugués tan sensual. Pregunto si hay manera de subir la intensidad de la luz. Enciende una lámpara de techo y la cosa mejora. Me confiesa que ella también prefiere ver. Nunca entenderé la oscuridad a la hora de tener sexo.
Vayamos a su vestimenta. Lleva un conjunto de ropa interior negro con detalles en otros colores. Zapatos de tacón marrones. Eso es todo. Su pelo suelto. Mojado. Se disculpa por ello. Acaba de salir de la ducha. Es una chica preciosa. “¿Qué te gusta hacer?”... pregunta con sus manos sobre las mías. Por cierto, uñas largas en rojo bermellón. Ante preguntas así, respuestas directas. Contesto que me gusta todo, aunque prefiero ser pasivo. Sonríe. Rompe el hielo metiéndome mano. La cosa va bien. Le digo que vengo limpio y recién duchado de casa. Ella se quita el sostén y exhibe pecho. Tetas perfectas. Decir que su aspecto es natural es quedarse corto. Grandes y blandas al tacto. Aureola también grande. Manoseo y chupo. Paso mi lengua por su cuello. Su piel es exquisita. Muy suave. Raika gime. Estamos de pie uno frente al otro. Se sienta en la cama. Me quito casi toda la ropa y voy tras ella. Sigo recorriendo su piel con mi lengua. “¿Te gusta chupar?”... pregunta. “Por supuesto”... respondo. Aunque su tanga ya palpita, opto por seguir devorando tetas. Al final, su polla acaba saliendo por un lado del tanga. Sin estar tiesa del todo, promete. La meto en mi boca. Quiero sentirla crecer. En segundos, la tiene dura. Buena dotación, sin ser enorme. Gruesa. Una delicia en la boca. Raika empieza su repertorio de guarradas. “Estoy muy cargada con mucha leche. ¿La querrás?”... me suelta. Hago un gesto afirmativo sin dejar de comer polla. Ella decide el ritmo de mi mamada con sus manos en mi cabeza. Gime. Mete mano en mi paquete. Mi ropa interior nos molesta. Me la quito. Agarra mi polla con su mano y masturba. “Uuummm... buena polla”... dice a continuación. “El próximo día conmigo tienes que estar con un chico. ¿Te apetece?”... añade. Respondo que no lo he probado. “Lo que me pone son las tías”... le digo. Sigo mamando. “Hay que probar cosas nuevas”... dice ella. “Cómete mis huevos”... escucho. Lo hago encantado mientras ella se masturba. Vuelvo a mamar y Raika lleva su mano a mi entrepierna. Acaricia la raja de mi culo. Juega con mi agujero y empieza a meter sus dedos. Se incorpora y yo quedo boca arriba. Retira su tanga y se queda en bolas, llevando únicamente sus zapatos de tacón. Va limpia y perfectamente depilada. “¿Quieres?”... me dice ofreciéndome el caramelo que estaba chupando. Afirmo y abro la boca. Lo pone sobre mi lengua con sus dedos. Acerca su cabeza a mis bajos y pienso que me devolverá la mamada. Me equivoco. “Qué culo más rico”... añade. Abre mis piernas, saca su lengua y empieza a comérmelo. Mientras lo hace, me masturba. Su lengua juguetea con mi agujero. Presiona y penetra. Me besa con sus labios. Absorbe y hace ruidos. Estoy en el cielo. Una pasada. No tiene prisa, está un buen rato dándome placer. “¿Quieres que te folle?”... me pregunta. “Pues claro”... respondo yo. “Ok, pero chúpame la polla un poco más”... añade. Antes de dármela, acerca su rostro al mío y besa mis labios. Al retirarse, deja caer saliva en mi boca. “Trágatelo”... ordena. Lo hago con gusto. Algo sabía de esto. Me encanta el lugar hacia el que nos dirigimos. Vuelvo a comérsela. Alterno mamada ensalivada y profunda con golpes de su polla contra mi lengua.
Coge un condón y prepara su asalto. Antes de encapuchar, exprime la punta de su polla con sus dedos, impregnándolos de líquido preseminal. Me hace abrir la boca y los mete dentro. “Chúpalos bien. Disfruta con el sabor a sexo”... me dice. Puro morbo. Repite el gesto varias veces. Su sabor es tan delicioso como ella. “Quieres lubricante”... pregunta. “Un poco”... respondo sabiendo que va bien de grosor. Pone lubricante en su mano y lo reparte entre mi culo y su polla. Coloca dos cojines en mi espalda, poniendo mi culo a tiro. Lleva su polla hasta mi agujero. Introduce la punta y coloca sus manos en mis tobillos. Escupe en su polla y empieza a empujar. Más morbo. Entra unos centímetros y se para. De repente, pega un golpe seco y me la clava del todo. Me quejo, pero es más la impresión que dolor real. Empieza a bombear y se echa sobre mí. Percute en plan metralleta, parando cuando ve que chillo demasiado. Me folla en plan suave, dejando caer más saliva sobre mi boca. Vuelve a darme caña, masturbándome al mismo tiempo. Su cara de vicio al follarme me pone palote total.
“A cuatro patas”... me dice. Se levanta en busca del mando del aire acondicionado. El ambiente se ha caldeado. Me coloco en posición mientras Raika va en busca de un nuevo condón. Froto mi culo con su polla antes de que se lo ponga. Dureza total. Me la clava sin contemplaciones. Aguanto con el culo en alto, arqueando mi espalda. Miro a mi derecha y la imagen de nuestros cuerpos en el espejo me hace delirar. Me está follando una amazona. Y lo hace de maravilla. Azota mis nalgas al embestir. Coloca uno de sus pies sobre el colchón y me da un rato medio de lado. A cuatro patas siento su polla mucho más. No puedo evitar chillar. Ella besa mi espalda. Mete sus dedos en mi boca y sigue enculándome. “Túmbate”... escucho. Lo hago y ella viene detrás de mí. Su cuerpo pegado al mío. En posición horizontal, me folla todavía más fuerte. A estas alturas, mi culo está entregado. Flipo con Raika.
Sale de mí. Acalorada. Se recoge el pelo. Bajamos la temperatura del aire acondicionado. "¿Quieres mi leche o quieres que te folle más?"... pregunta. Escojo lo segundo. Me tumba boca arriba pero, antes de metérmela, quiere que se la coma otra vez. Lo hago encantado. Se incorpora. Antes de entrar, juega con la punta de su polla alrededor de mi culo. “Me encanta ver como he abierto tu culo”... escucho. Me enseña a pronunciar la palabra en portugués que explica cuando un culo está así. ¡¡Qué cachonda!! Condón y me la clava de frente. Sacudidas seguidas y profundas. Las más intensas hasta ahora. Me masturba poniendo mi polla a tope. La cosa está cada vez más caliente. Raika me dice que podría correrse en cualquier momento.
La saca y se tumba en la cama. “Chúpamela”... me dice. Lo hago. Con vicio. Escupo en su polla y masturbo. Golpeo contra mi lengua. Engullo hasta mi campanilla. “Cómete mis huevos también”... añade. También lo hago. Juego con ellos dentro de mi boca, pasándolos de un lado a otro. Raika me pregunta si quiero que acabemos a la vez. No me importa si ella acaba antes y se lo digo. “Me correré en tu boca y después te follaré más”... escucho. Se va a un lado de la cama y se queda de pie. En esa posición, me folla la boca. La saca. “Abre la boca. La quiero bien grande”... me suelta. Se masturba con frenesí. Mientras tanto, le como los huevos. Increíble la estampa de Raika desde abajo. Pollón a punto de chorrear y tetazas dando botes. “Abre bien que voy”... añade. Clava su mirada en mí y se corre, poniendo toda su atención en que toda su leche caiga dentro de mi boca. Tras los espasmos, exprime su polla y extrae hasta la última gota. “A ver, enséñame la lechita”... escucho. Hace gestos obscenos con su lengua mientras lo dice. “Muévela por tu boca”... añade sin dejar de mirar. “Muy bien, ahora trágatela”... ordena. Saboreo y trago. Su sabor, delicioso. Tiene un punto dulce. Su consistencia es más bien líquida. “Déjamela bien limpia”... me dice polla en ristre. La meto en mi boca sin notar que su erección baje lo más mínimo.
“¿Qué quieres ahora? ¿Te follo más?”... dice ella. “Puedes follarme o masturbarme”... añado. Raika opta por lo segundo. Me tumbo boca arriba y empieza a pajearme con fuerza. Acerca su cara a la mía y deja caer más saliva en mi boca. Pellizca mis pezones. Los muerde. Hago el relevo y paso a masturbarme yo. Ella sigue trabajando mis pezones. Junta su cara a la mía. Escupe en mi boca otra vez. Susurra guarradas a mi oído. Recorre con su lengua sus labios en plan lascivo. Me corro a lo bestia, salpicando mi pecho por completo. ¡¡Menudo orgasmo!! Me pongo a reír del buen rollo con el que me quedo. Raika me pasa unas toallitas húmedas para que pueda limpiarme.
Hablamos un rato sentados en la cama. Me cuenta que está en un ciclo de hormonación. Cuando esto ocurre, solo se corre una vez al día. Me pregunta si también me gustan las chicas. Los “chochitos”, como dice ella. Le digo que sí, aunque últimamente me ponen más las trans. Es una tía maja. Amable y divertida. Lleva tres meses en España. De momento, ha estado en Madrid y en Mallorca. Antes de venir a España no sabía castellano. Se defiende bastante bien, aunque mezcla ambas lenguas. Personalmente, me pone su acento brasileiro con su sensual voz. Además, Raika habla mucho. Antes, durante y después del sexo. Me quedo con su atención y su impresionante sonrisa. Y por supuesto, con el morbo que desprende toda ella.
Tocan a la puerta. Cosas de las agencias. La hora se ha ido. Una hora fantástica. Seguimos hablando mientras me visto. Raika se despide de mí con dos besos y su espectacular sonrisa. En ese momento, le digo lo que me encantaría volver a verla antes de que deje Mallorca. A ver si es posible.
Conclusiones.
Raika me ha dejado impactado con su belleza. Es la chica más guapa de todas con la que me he acostado. Sean trans o bio. Es muy joven. No llega a veinticinco años. Cuerpo 10 y rostro realmente sexy. Por algo ganó el concurso Miss Trans Brasil hace unos años. El físico, siendo importante, no es lo mejor de ella. Su implicación es total. Empatiza contigo y busca que te sientas bien en todo momento. Además, lo consigue. Sexualmente es muy morbosa. Sientes que ella disfruta contigo. Muy recomendable. De seguir así, las cosas le irán muy bien.
Hace unas semanas abrí un tema en charlas pidiendo referencias sobre la brasileña Raika Ferraz. Lleva poco tiempo en España y no hay experiencias suyas por aquí. El hilo no tuvo éxito. Pocas respuestas y ninguna que aportara algo de luz. En foros de Brasil se habla bien de su trabajo como escort. Con esos comentarios y las buenas vibraciones que transmite al teléfono, me basta para lanzarme. Atiende en agencia, algo que evito a toda costa. Intuyo que vale la pena hacer una excepción con Raika.
Vuelvo a marcar su número dos días después. Esta vez para quedar. Tercer domingo de marzo al final de la mañana. Raika recuerda mi primera llamada. Me dice que se ducha y está lista en media hora. Antes de colgar, le pregunto si hablo de verdad con Raika Ferraz. No quiero sorpresas. “Si el anuncio es falso y me encuentro a otra chica, me largo”... le digo. Ella se ríe asegurándome que puedo estar tranquilo. Sé la dirección. Estuve una vez allí. Es una casa en planta baja en el centro de Palma. Llego a la puerta y llamo. Raika me da instrucciones. Debo tocar el timbre. Cuando me abran solo tengo que decir que ella me espera. Me abre un chico y entro en el recibidor. Está todo muy oscuro. Me hace sentar en un sillón que hay ahí mismo. Estoy en un espacio no demasiado grande que distribuye a diferentes estancias de la casa. El chico abre una de las puertas y me invita a esperar dentro del cuarto. La luz es igual de tenue. Apenas veo. Me ofrece bebida y pido agua. Antes de salir me pide que abone el servicio. No me parece correcto. Ni siquiera he visto a la chica. Aún así, lo hago. Con Raika había acordado una hora. Sale del cuarto y cierra la puerta. Observo el dormitorio. Ajustado de dimensiones pero está bien amueblado. Cama central grande y espejo ocupando toda la pared lateral. A los pies de la cama hay espacio libre. Un sofá y una televisión colgada en lo alto de la pared. Hay una peli porno empezada. No le presto atención, pero veo que aparece una chica trans y un chico.
Me quito la chaqueta y espero en el sofá. Raika entra a los tres minutos. Espectacular. Me impresiona por su altura. Con tacones, supera los 180 cm. Cuerpo esbelto. La encuentro más delgada que en algunas de sus fotos. Eso sí, culazo “made in Brazil”. Piel morena sin tatoos. Facciones latinas en su rostro. Ojazos negros. Maquillaje oscuro alrededor de los mismos. Largas pestañas. Su mirada es muy expresiva. Me saluda con dos besos y una enorme sonrisa. Gesticula y habla con frescura. Su boca es deliciosa. Grande. Labios carnosos. Dientes perfectos ultra-blancos. “Uuummm... Gostoso”... dice al verme. Entra la persona de antes con el botellín de agua fría. Sale y cierra la puerta del cuarto. Bebo un sorbo y se lo ofrezco a Raika. Ella también bebe. Estoy nervioso, como cada primera vez con una chica. Además, me cortan mucho las tías que están tan buenas. Raika se comporta con total naturalidad. Habla mirándome a los ojos. Me sonríe. Coge mis manos y se dirige a mí en ese castellano-portugués tan sensual. Pregunto si hay manera de subir la intensidad de la luz. Enciende una lámpara de techo y la cosa mejora. Me confiesa que ella también prefiere ver. Nunca entenderé la oscuridad a la hora de tener sexo.
Vayamos a su vestimenta. Lleva un conjunto de ropa interior negro con detalles en otros colores. Zapatos de tacón marrones. Eso es todo. Su pelo suelto. Mojado. Se disculpa por ello. Acaba de salir de la ducha. Es una chica preciosa. “¿Qué te gusta hacer?”... pregunta con sus manos sobre las mías. Por cierto, uñas largas en rojo bermellón. Ante preguntas así, respuestas directas. Contesto que me gusta todo, aunque prefiero ser pasivo. Sonríe. Rompe el hielo metiéndome mano. La cosa va bien. Le digo que vengo limpio y recién duchado de casa. Ella se quita el sostén y exhibe pecho. Tetas perfectas. Decir que su aspecto es natural es quedarse corto. Grandes y blandas al tacto. Aureola también grande. Manoseo y chupo. Paso mi lengua por su cuello. Su piel es exquisita. Muy suave. Raika gime. Estamos de pie uno frente al otro. Se sienta en la cama. Me quito casi toda la ropa y voy tras ella. Sigo recorriendo su piel con mi lengua. “¿Te gusta chupar?”... pregunta. “Por supuesto”... respondo. Aunque su tanga ya palpita, opto por seguir devorando tetas. Al final, su polla acaba saliendo por un lado del tanga. Sin estar tiesa del todo, promete. La meto en mi boca. Quiero sentirla crecer. En segundos, la tiene dura. Buena dotación, sin ser enorme. Gruesa. Una delicia en la boca. Raika empieza su repertorio de guarradas. “Estoy muy cargada con mucha leche. ¿La querrás?”... me suelta. Hago un gesto afirmativo sin dejar de comer polla. Ella decide el ritmo de mi mamada con sus manos en mi cabeza. Gime. Mete mano en mi paquete. Mi ropa interior nos molesta. Me la quito. Agarra mi polla con su mano y masturba. “Uuummm... buena polla”... dice a continuación. “El próximo día conmigo tienes que estar con un chico. ¿Te apetece?”... añade. Respondo que no lo he probado. “Lo que me pone son las tías”... le digo. Sigo mamando. “Hay que probar cosas nuevas”... dice ella. “Cómete mis huevos”... escucho. Lo hago encantado mientras ella se masturba. Vuelvo a mamar y Raika lleva su mano a mi entrepierna. Acaricia la raja de mi culo. Juega con mi agujero y empieza a meter sus dedos. Se incorpora y yo quedo boca arriba. Retira su tanga y se queda en bolas, llevando únicamente sus zapatos de tacón. Va limpia y perfectamente depilada. “¿Quieres?”... me dice ofreciéndome el caramelo que estaba chupando. Afirmo y abro la boca. Lo pone sobre mi lengua con sus dedos. Acerca su cabeza a mis bajos y pienso que me devolverá la mamada. Me equivoco. “Qué culo más rico”... añade. Abre mis piernas, saca su lengua y empieza a comérmelo. Mientras lo hace, me masturba. Su lengua juguetea con mi agujero. Presiona y penetra. Me besa con sus labios. Absorbe y hace ruidos. Estoy en el cielo. Una pasada. No tiene prisa, está un buen rato dándome placer. “¿Quieres que te folle?”... me pregunta. “Pues claro”... respondo yo. “Ok, pero chúpame la polla un poco más”... añade. Antes de dármela, acerca su rostro al mío y besa mis labios. Al retirarse, deja caer saliva en mi boca. “Trágatelo”... ordena. Lo hago con gusto. Algo sabía de esto. Me encanta el lugar hacia el que nos dirigimos. Vuelvo a comérsela. Alterno mamada ensalivada y profunda con golpes de su polla contra mi lengua.
Coge un condón y prepara su asalto. Antes de encapuchar, exprime la punta de su polla con sus dedos, impregnándolos de líquido preseminal. Me hace abrir la boca y los mete dentro. “Chúpalos bien. Disfruta con el sabor a sexo”... me dice. Puro morbo. Repite el gesto varias veces. Su sabor es tan delicioso como ella. “Quieres lubricante”... pregunta. “Un poco”... respondo sabiendo que va bien de grosor. Pone lubricante en su mano y lo reparte entre mi culo y su polla. Coloca dos cojines en mi espalda, poniendo mi culo a tiro. Lleva su polla hasta mi agujero. Introduce la punta y coloca sus manos en mis tobillos. Escupe en su polla y empieza a empujar. Más morbo. Entra unos centímetros y se para. De repente, pega un golpe seco y me la clava del todo. Me quejo, pero es más la impresión que dolor real. Empieza a bombear y se echa sobre mí. Percute en plan metralleta, parando cuando ve que chillo demasiado. Me folla en plan suave, dejando caer más saliva sobre mi boca. Vuelve a darme caña, masturbándome al mismo tiempo. Su cara de vicio al follarme me pone palote total.
“A cuatro patas”... me dice. Se levanta en busca del mando del aire acondicionado. El ambiente se ha caldeado. Me coloco en posición mientras Raika va en busca de un nuevo condón. Froto mi culo con su polla antes de que se lo ponga. Dureza total. Me la clava sin contemplaciones. Aguanto con el culo en alto, arqueando mi espalda. Miro a mi derecha y la imagen de nuestros cuerpos en el espejo me hace delirar. Me está follando una amazona. Y lo hace de maravilla. Azota mis nalgas al embestir. Coloca uno de sus pies sobre el colchón y me da un rato medio de lado. A cuatro patas siento su polla mucho más. No puedo evitar chillar. Ella besa mi espalda. Mete sus dedos en mi boca y sigue enculándome. “Túmbate”... escucho. Lo hago y ella viene detrás de mí. Su cuerpo pegado al mío. En posición horizontal, me folla todavía más fuerte. A estas alturas, mi culo está entregado. Flipo con Raika.
Sale de mí. Acalorada. Se recoge el pelo. Bajamos la temperatura del aire acondicionado. "¿Quieres mi leche o quieres que te folle más?"... pregunta. Escojo lo segundo. Me tumba boca arriba pero, antes de metérmela, quiere que se la coma otra vez. Lo hago encantado. Se incorpora. Antes de entrar, juega con la punta de su polla alrededor de mi culo. “Me encanta ver como he abierto tu culo”... escucho. Me enseña a pronunciar la palabra en portugués que explica cuando un culo está así. ¡¡Qué cachonda!! Condón y me la clava de frente. Sacudidas seguidas y profundas. Las más intensas hasta ahora. Me masturba poniendo mi polla a tope. La cosa está cada vez más caliente. Raika me dice que podría correrse en cualquier momento.
La saca y se tumba en la cama. “Chúpamela”... me dice. Lo hago. Con vicio. Escupo en su polla y masturbo. Golpeo contra mi lengua. Engullo hasta mi campanilla. “Cómete mis huevos también”... añade. También lo hago. Juego con ellos dentro de mi boca, pasándolos de un lado a otro. Raika me pregunta si quiero que acabemos a la vez. No me importa si ella acaba antes y se lo digo. “Me correré en tu boca y después te follaré más”... escucho. Se va a un lado de la cama y se queda de pie. En esa posición, me folla la boca. La saca. “Abre la boca. La quiero bien grande”... me suelta. Se masturba con frenesí. Mientras tanto, le como los huevos. Increíble la estampa de Raika desde abajo. Pollón a punto de chorrear y tetazas dando botes. “Abre bien que voy”... añade. Clava su mirada en mí y se corre, poniendo toda su atención en que toda su leche caiga dentro de mi boca. Tras los espasmos, exprime su polla y extrae hasta la última gota. “A ver, enséñame la lechita”... escucho. Hace gestos obscenos con su lengua mientras lo dice. “Muévela por tu boca”... añade sin dejar de mirar. “Muy bien, ahora trágatela”... ordena. Saboreo y trago. Su sabor, delicioso. Tiene un punto dulce. Su consistencia es más bien líquida. “Déjamela bien limpia”... me dice polla en ristre. La meto en mi boca sin notar que su erección baje lo más mínimo.
“¿Qué quieres ahora? ¿Te follo más?”... dice ella. “Puedes follarme o masturbarme”... añado. Raika opta por lo segundo. Me tumbo boca arriba y empieza a pajearme con fuerza. Acerca su cara a la mía y deja caer más saliva en mi boca. Pellizca mis pezones. Los muerde. Hago el relevo y paso a masturbarme yo. Ella sigue trabajando mis pezones. Junta su cara a la mía. Escupe en mi boca otra vez. Susurra guarradas a mi oído. Recorre con su lengua sus labios en plan lascivo. Me corro a lo bestia, salpicando mi pecho por completo. ¡¡Menudo orgasmo!! Me pongo a reír del buen rollo con el que me quedo. Raika me pasa unas toallitas húmedas para que pueda limpiarme.
Hablamos un rato sentados en la cama. Me cuenta que está en un ciclo de hormonación. Cuando esto ocurre, solo se corre una vez al día. Me pregunta si también me gustan las chicas. Los “chochitos”, como dice ella. Le digo que sí, aunque últimamente me ponen más las trans. Es una tía maja. Amable y divertida. Lleva tres meses en España. De momento, ha estado en Madrid y en Mallorca. Antes de venir a España no sabía castellano. Se defiende bastante bien, aunque mezcla ambas lenguas. Personalmente, me pone su acento brasileiro con su sensual voz. Además, Raika habla mucho. Antes, durante y después del sexo. Me quedo con su atención y su impresionante sonrisa. Y por supuesto, con el morbo que desprende toda ella.
Tocan a la puerta. Cosas de las agencias. La hora se ha ido. Una hora fantástica. Seguimos hablando mientras me visto. Raika se despide de mí con dos besos y su espectacular sonrisa. En ese momento, le digo lo que me encantaría volver a verla antes de que deje Mallorca. A ver si es posible.
Conclusiones.
Raika me ha dejado impactado con su belleza. Es la chica más guapa de todas con la que me he acostado. Sean trans o bio. Es muy joven. No llega a veinticinco años. Cuerpo 10 y rostro realmente sexy. Por algo ganó el concurso Miss Trans Brasil hace unos años. El físico, siendo importante, no es lo mejor de ella. Su implicación es total. Empatiza contigo y busca que te sientas bien en todo momento. Además, lo consigue. Sexualmente es muy morbosa. Sientes que ella disfruta contigo. Muy recomendable. De seguir así, las cosas le irán muy bien.
Added on April 26, 2016 at 12:00 am