Relatos Travestis Sevilla: Fabiola Dione - Conociendo a Fabiola Dione
Autor: Badmotor2008
Pasadas navidades. Estaba unos unos días cerca de Valencia y quise aprovechar la oportunidad de conocer a la brasileña Fabiola Dione. Me atraía físicamente, me gustaba lo que había leído de ella, y me gusta lo que dice cuando interviene en el foro. Tenía la intuición de que esta chica valía la pena.
Al llamarla por primera vez, pregunto por sus servicios y tarifas. Me atiende amablemente. Tanteo la opción del trío con ella y otra chica trans. Quería escuchar sus sugerencias. Me dice que podemos hacerlo, que tiene una buena amiga que vive cerca de su piso. Resulta que se trata de Daniela Andrade. Me parece perfecto porque es el nombre que esperaba escuchar. Me entran ganas de quedar el día siguiente. Pregunto si es posible. Por su parte, sí, pero necesita hablarlo con su amiga. Al rato de colgar, me confirma por whatsapp que a Daniela también le va bien. Ya tenía plan para lo que sería mi segundo trío con dos trans.
Día de la cita. Último lunes del año. Llamo a media mañana, para confirmar que todo está en orden antes de salir en coche. Su voz y su manera de hablar me dicen que está medio dormida. Retrasamos la cita unas horas. Aún así, salgo en dirección a Valencia. Estaba preparado para ello y, además, mi estado de nervios impide que haga cualquier otra cosa. Llego a su zona y, tras dar unas vueltas, encuentro aparcamiento. Localizo su piso y busco una cafetería para hacer tiempo. A falta de una hora, recibo un whatsapp suyo diciendo que Daniela no está bien de la garganta. No podrá venir. Me propone a Graziella Mendez para seguir con el trío. Lo pienso unos segundos y declino la oferta. No soy de improvisar cuando quedo con escorts. Seguro que habría sido un buen plan, pero iba con la ilusión de estar con Fabiola y Daniela. “No pasa nada. Hoy estaré contigo a solas. Ya haremos el trío en otra ocasión”... le digo.
Barrio de Patraix. Finca con algunas décadas aunque cuidada. Subo en ascensor. La puerta se abre antes de que toque el timbre. Escucho su voz pero apenas puedo verla. El piso está prácticamente a oscuras. Me da dos besos y me lleva por un largo pasillo hasta el cuarto. Allí hay más de luz. Menos mal. La tengo frente a mí. Más alta que yo, aunque lleva unos buenos tacones. Con ellos puestos, estará entre 185 y 190 cm de altura. Mis pupilas se aclimatan a la suave iluminación del cuarto, dos lámparas en ambas mesitas de noche. Ya puedo verla perfectamente. Fabiola es exactamente igual a sus fotos. Complexión delgada y rasgos faciales aniñados. La encuentro muy guapa. Lleva ropa interior y una especie de kimono semi-abierto luciendo escote. Conjunto de lencería en colores claros. El diseño es original. Combina paños opacos y cintas, dejando sin cubrir determinadas zona. De momento, veo el efecto en su sostén. En breve, lo veré también en el tanga. Lleva medias lisas color carne, con encaje para liguero. Zapatos de tacón blancos. Me pregunta cuántas horas pasaré con ella. “Hoy, una hora”... contesto entre risas. Pago el servicio y sale del cuarto momentáneamente. Me quito los zapatos y me siento en la cama grande que ocupa el centro de la estancia. Observo el cuarto. Está limpio y ordenado. Estoy nerviosete, como cada vez que me estreno con una chica.
Regresa Fabiola. Ayudo a retirar la colcha y cubrir la cama con la sábana que trae. Fabiola se acomoda en la cama retirando su sostén. Sus tetas son maravillosas. Su talla ha crecido recientemente. Parece que ella quiere arrancar. Me quito la ropa, excepto el boxer y me tumbo a su lado. Ella rompe el hielo acariciando mi pecho. Manosea mis pezones. Los pellizca suavemente. Por cierto, manicura perfecta en color marrón oscuro, el mismo tono que luce en alguna de sus últimas fotos. Junto mi cuerpo al suyo y empiezo a lamer sus aureolas. Mi lengua se va a sus pezones, duritos y salientes. Coloco mis manos en sus bonitos pechos y masajeo. Duritos al tacto. Me sorprende la suavidad de su piel. Froto nuestros penes, todavía separados por nuestra ropa interior. Sigo deleitándome con sus ricas tetas. Fabiola gime. Empieza a masturbarse. Miro hacia abajo y veo su polla palpitando entre sus dedos. Aunque pensaba dejarla para más adelante, no puedo contenerme. Me acerco a su entrepierna y admiro su herramienta. En erección, asoma por un lateral de su original tanga. Su longitud parece normal y su grosor importante. Sorprende su color oscuro en contraste con la blanca piel de su cuerpo. Coloco mi lengua en su glande. Juego con él. Lo saboreo. Recorro su tronco hacia abajo. La introduzco en mi boca por completo. Me siento lleno. Empujo hasta el fondo y me cabe entera. Su polla es una delicia si te gusta chupar. La tiene muy dura. Fabiola pellizca sus pezones mientras devoro su herramienta. Alterno polla y tetas. Abandonamos nuestra ropa interior. Vuelvo a comer polla mientras ella me masturba. “¿Me dejarás follarte?”... pregunta con su sensual voz. “Por supuesto”... contesto excitado. Sigo chupando. Fabiola busca el 69. Coge un condón y me lo pone. Empieza su mamada. Nos comemos mutuamente, ambos con profundidad. Miro hacia abajo y veo sus carnosos labios succionando. Lo hace con ganas. La escena me pone tanto que tengo que pedir una pausa. La saca de su boca y la mantiene en sus manos. No sé si he parado a tiempo. Al estar enfundado, tengo dudas. Entretanto, sigo comiendo pollón.
Fabiola quiere penetrarme. Coge otro condón y se lo coloca. Lubrica su polla. Hace lo mismo con mi agujero. Mete un dedo y lo mueve en círculos. Ella está con sus rodillas sobre el colchón. Yo tumbado boca arriba. “Acércate a mí”... me dice. Desplazo mi culo hasta hacerlo chovar con sus muslos. Fabiola abre mis piernas, acerca su polla a mi agujero y empuja. Mi sensación inicial es que no entrará fácilmente. Me equivoco. Me la clava con suma suavidad hasta el fondo de un solo movimiento. Se queda quieta unos instantes. Coloca la planta de mis pies en sus axilas. Abre mis rodillas hacia fuera y empieza a follarme. Movimientos suaves y profundos. Todo placer. Agarra con sus manos mis tobillos, abre mis piernas y se deja caer sobre mí. Sus embestidas suben de ritmo. Me masturba pero mi empalme ha caído. Antes no hemos parado a tiempo y me he corrido. Ella se da cuenta. Me lo dice. Me quita el condón y sigue follándome. Su actitud no cambia lo más mínimo. Tiene ganas de agradar y lo demuestra en todo momento. Su follada va ganando en intensidad. La saca, comprueba que todo está en orden y vuelve a encularme. Fabiola folla verdaderamente bien. Solo deseas tenerla dentro y que no salga nunca.
Sale, se quita el condón y la mete en mi boca. Me la folla agarrando sutilmente mi cabeza. Se calza otro condón. Quiere volver a clavármela. Seguimos en la misma postura. Penetra. Profundidad y buen ritmo. Su dureza y su grosor se dejan notar. No llega a doler pero te sientes lleno del todo. Me folla de frente un buen rato. La saca y se coloca de rodillas ante mí. Retira el condón y se masturba con ímpetu. Me hace abrir la boca, me la enchufa y vuelve a follármela. La saca totalmente ensalivada. Se masturba, subiendo gradualmente la intensidad de sus gemidos. “¿Quieres que te folle más?”... pregunta. Afirmo con la cabeza. Antes de entrar, nuevo condón y un poco de lubricante. Mete un dedo en mi culo y empieza a moverlo. Me mola y se da cuenta. Le pido que siga. Al momento de follarme con sus dedos, vuelvo a tenerla tiesa del todo. Con su otra mano me pajea. Me penetra, agarrando mi polla con su mano según embiste. Las sacudidas son fuertes y seguidas.
La saca y lleva su polla junto a mi cara. Se masturba de rodillas a centímetros de mi rostro. Mi lengua recorre sus ingles. Meto sus huevos en mi boca. Juego con ellos. “Me corro”... escucho justo antes de sentir un primer impacto en mi pecho. Más espasmos y chorros de leche caen sobre mi piel. Siento su calor en mi cuello. Recibir su corrida es realmente excitante. Cuando deja de temblar, exprime las últimas gotas con sus dedos y restriega su polla en mi cara. Su descarga es abundante y densa. Me ha puesto perdido. Su polla mantiene la erección. Fabiola coge papel de rollo y me limpia. Me ofrece el baño para ducharme. Obviamente, digo que sí. Me da una toalla limpia y me acompaña hasta el baño.
Regreso al cuarto y me encuentro a Fabiola sentada en la cama. Lleva puesto el uniforme con el que me recibió: conjunto de lencería y kimono. Me siento junto a ella y charlamos. Antes, no lo habíamos hecho. Conversa de manera tranquila. Es una chica maja. Me cae bien. Me habla orgullosa de su tanga, dándose la vuelta y mostrando culo. Le encanta ese conjunto de lencería. Y la verdad es que le queda genial. Me visto mientras seguimos charlando. Me acompaña hasta la puerta y nos despedimos con dos besos.
Conclusiones.
Gran experiencia. Fabiola es una excelente profesional de la que no se habla demasiado. Vive en Valencia y viaja poco. Casi siempre que lo hace, su destino es Murcia. Me quedo con su atención y sus ganas de agradar. A nivel sexual, me ha conquistado su manera de follar. Intensa y profunda. Es una verdadera gozada tener su polla en tu culo.
Added on May 19, 2016 at 12:00 am