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Relato Travesti Sabrina de Castro- Reencuentro con Sabrina de Castro


Relatos Travestis Sevilla: Sabrina de Castro- Reencuentro con Sabrina de Castro

Autor: Edipus

Hola a todos.
Hace mucho que no escribo, en parte por pereza y en parte porque no tenía gran cosa que contar, pero ha llegado el momento de aportar mi granito de arena a la sección de relatos de Taiaka.
Me gustaría contar mi última experiencia, que tuvo lugar hace unos días en el nuevo piso de Tania, en Bilbao, con Sabrina de Castro. Los más veteranos recordarán que esta atractiva trans brasileña estuvo hace años en España y luego volvió a su país. Los últimos años, en Brasil, entre otras cosas, ha hecho películas porno, algunas de las cuales podéis ver en Internet.
Yo había estado con ella en su primera etapa en España y tenía buenos recuerdos. Cuando me enteré por Internet de que había vuelto, después de verla en algunas películas que están colgadas en Internet, decidí llamarla. Acordamos la cita para una hora después y me encaminé al nuevo piso de Tania.
No necesito describirla porque la podéis ver en fotografías y películas (las primeras se pueden retocar, pero las segundas es más difícil). Sólo puedo decir que el tiempo no ha pasado por ella y que está impresionante. Alta, de constitución delgada pero con buenos pechos. Una cara agradable de rasgos angulosos, quizás no tan femenina como el de otras famosas trans pero atractiva.
Llegué al piso y me llevaron a una habitación. Sólo esperé unos pocos minutos hasta que ella apareció. Me quedé encantado al volver a verla después de varios años. No había cambiado nada y estaba igual que en las películas. Ella vestía un bonito conjunto de lencería que realzaba sus encantos.
- Hola - me saludó con toda simpatía.
Yo me he aficionado últimamente a las sesiones de dominación suave y lluvia dorada, pero finalmente acordé con ella una sesión tranquila de una hora. Ella salió con el dinero y volvió al cabo de un minuto.
No necesité tomar la iniciativa. Ella misma se me acercó y me dio un beso con lengua. Yo me dejé besar mientras acariciaba sus tetas y su culo. Ella separó su boca y me preguntó con una sonrisa pícara:
- ¿Te gusto?
- Sí.
Bajé mi mano hasta su entrepierna y acaricié su polla, la cual aún estaba flácida. Me agaché, le bajé el tanga y empecé a hacerle una mamada. Su polla se puso dura poco a poco mientras ella me animaba a seguir chupándosela.
- ¿No querías mi polla? ¡Vamos, chúpala!
Pasé un buen rato mamándosela mientras le acariciaba el culo. Después me levanté y la pedí que me la chupara. Me tumbé sobre la cama con la polla dura y ella me la lamió con expresión viciosa.
Después, recostados sobre la cama, estuvimos besándonos mientras nos metíamos mano.
Para entonces yo ya estaba a punto y la pedí que me follara. A mí siempre me hace daño que me la metan, pero la polla de Sabrina es un tamaño medio, ni demasiado grande ni demasiado pequeña, de modo que entró bien. Probamos diferentes posturas hasta que me la metió toda en la postura del misionero y empezó a darme embestidas cada vez más fuertes. Yo estaba en la gloria.
- ¿Te gusta, zorra? - me preguntó con una sonrisa cachonda.
- Sigue, nena. No pares.
Sabrina llevaba un rato follándome cuando me avisó que ya estaba a punto de correrse.
- Córrete en mi boca - la pedí.
Ella sacó la polla de mi culo, se quitó el condón, se puso de rodillas a la altura de mi cuello y se pajeó medio minuto antes de correrse en medio de jadeos. Yo, con la boca abierta y la lengua fuera, recibí su lefa con ganas y la saboreé en mi boca mientras murmuraba:
- Buena chica.
A continuación fui yo quien empecé a pajearme sobre ella.
- ¿No quieres correrte en mi boca? - me propuso ella con una expresión viciosa.
La invitación me sorprendió. De todas las trannies con quienes he estado sólo una antes de ella me ha dejado correrse en su boca. No desaproveché la ocasión. Acerqué mi polla a su boca y seguí pajeándome.
- Vamos. Dame tu leche - me pidió ella.
Poco después, me corrí en su boca abierta. Ella sacó su lengua para enseñarme mi lefa y yo acerqué mi cara a la suya para besarla. Nos dimos un largo beso con lengua y yo saboreé la mezcla de las dos leches.
Yo siempre había fantaseado con el beso blanco. La sensación es aún mejor de lo que había imaginado.
Aún nos quedaba media hora. Pasamos el rato chupándonosla mutuamente. Yo intenté correrme otra vez sobre su cara, pero no pude.
Los últimos minutos charlamos un poco. Ella, entre otras cosas, me contó una divertida anécdota de un rodaje de una escena porno y me dijo que tenía pensado abrir un blog.
Unas semanas después volví a verla y lo pasé igual de bien.
Espero que Sabrina vuelva pronto a Bilbao y la deseo la mejor de las suertes con su blog.


Added on September 06, 2016 at 12:00 am

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