Relatos Travestis Sevilla: Isabelly Dior, imposible no enamorarse
Autor: mickimalo
Isabelly es toda dulzura cuando la conoces. Pero también es una tigresa. Qué combinación más explosiva! Dulzura y sensualidad.
Me recibió con un vestido blanco ajustado y con zapatos de aguja, tal como yo le había pedido. Imposible no girarse si ves a una amazona como ella pasando por tu lado por la calle. Su piel sedosa negra y su melena destacaban más aún.
Yo llegué tarde. Me disculpé y ella lo entendió. Es más, sólo se preocupa porque me veía nervioso. Intentó relajarme, pero es que yo siempre los nervios a flor de piel. Y con ella al lado no sabía dónde ponerme.
Le pedí que no se quitara el vestido. Y empezamos el sexo. Ella me ordenó que le chupara los pechos. Así lo hice. Mientras, me llevó la mano a su entrepierna y me dijo: "mira que tengo para ti, puto". Sacó su barra de chocolate de debajo del vestido blanco. Estaba morcillona pero su tamaño ya era importante. Se la chupé y ella me empezó a follar la boca. Me ordenaba que la tragara toda. Que abriera más la boca. No podía, me daban arcadas. Luego me dijo que me iba a follar. Que quería ese culito. Yo le dije que lo tenía muy estrecho y que no acababa de gustarme. Me puso de espaldas y restregó su serpiente por mis nalgas. Que sensación notar sus pechos (parecen naturales) en la espalda y su polla por mis nalgas. Indescriptible.
Me metió un dildo. Y luego se puso el condón y me intentó follar. Lo tenía cerrado y tuvo mucho paciencia conmigo. Muchísima. Me puso d infinitas formas. Hasta que entró. Me dio pajeandome a la vez. Le dije que no quería correrme sí y si seguía no aguantaría. Entonces me dio esa barra de chocolate que tiene y me la hizo tragar toda mientras me pajeaba. Estallé así. Con su polla en mi boca. Buf. Expulsé toda la leche por mi barriga. Una explosión placentera. Muy placentera.
Estuvimos hablando. De lo suyo. De lo mío. De su vida. De la mía. Descubrí que además de dulce y sensual es inteligente. Con "seny", como decimos los catalanes
Cómo me hubiera gustado tener esa conversación en un café o en un bar. Captando su atención y seguro que captando la atención y la envidia de todo el personal masculino que pasara por el lugar. En cambio, ahora el que siente envidia soy yo. Envidia del que consiga enamorarla
Added on December 01, 2016 at 12:00 am